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oráculos y curanderos incas

25. En efecto, en la relación de unos sacerdotes agustinos que visitaron la región de Huamachuco en la década de 1550, se dice que los lugareños lograron recuperar la cabeza y otros pedazos del ídolo del dios, que fueron en un primer momento, colocados en un nuevo adoratorio construido ad hoc y luego trasladados a una cueva ubicada en lo alto de un cerro, a fin que Catequil pudiera seguir recibiendo el debido culto a hurtadillas de los cristianos (Agustinos, 1992: 20). Por ejemplo, el jesuita Luis de Teruel recogió en la sierra sur del Perú una tradición según la cual Manco Capac, al pasar por un pueblo donde había una antigua y famosa huaca-oráculo, decidió consultarla no sin antes rendirle debidamente homenaje con sacrificios y ofrendas. Considerando que fue el Templo más imponente del Santuario; edificado y ampliado en el floreciente período de los Incas Pachacuteq, Tupaq Yupanqui y Wayna Qapaq, los oráculos alojados y manifestados allí habrían correspondido a la más alta IV). El sacerdote de la puerta de Kentipunku, al momento de confesarlos, les recordaba que estaban acercándose al dios Sol y que si querían ganarse su favor debían mostrar todo su celo religioso, y el de Pilcopuncu insistía en que se hiciesen un ulterior riguroso examen de conciencia, a fin que no arriesgaran traspasar la puerta en estado de impureza. Los oráculos no pueden ser pronunciados más que por algunos dioses, en los lugares precisos, sobre objetos determinados y con respeto a unos ritos determinados . Los datos hasta ahora presentados nos dan una pista. El Templo del Sol en el Cuzco y las imágenes de su altar mayor. South American Explorer, 58: 26-30. Por lo demás, los mismos relatos de los orígenes de los Incas no hacían más que exaltar y recalcar la trascendental importancia de las pláticas con los dioses. SALAZAR, Antonio Bautista de, 1867 [1596] – Relación sobre el periodo de gobierno de los Virreyes Don Francisco de Toledo y Don García Hurtado de Mendoza. ¿No hubiese sido suficiente matar al sacerdote y dar fuego al santuario? Sin embargo, la eficacia de la medicina inca para tratar los síntomas de las enfermedades hizo que se iniciará un estudio . SHEA, Daniel, 1969 – Wari Willka: a Central Andean Oracle Site. Las preguntas eran formuladas por los responsables del culto estatal inca y contestadas por los ministros de las huacas, los cuales se preparaban a recibir la inspiración divina ingiriendo abundantes cantidades de aha (chicha) y abandonándose a danzas extáticas. Huaca de la Luna La cultura inca practicó una medicina tradicional basada en plantas medicinales y rituales relacionados con la espiritualidad y la energía. Variations in Sociopolitical Organization (William H. Isbell y Helaine Silverman, eds. En: Los Incas y el antiguo Perú. Es posible que así haya sido. ZIÓŁKOWSKI, Mariusz S., 1997 – La guerra de los Wawqis. arqueologia del peru ): 779-818; Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú – Instituto Francés de Estudios Andinos. GNERRE, Mauricio, 2003 – La historia semántica de la voz huaca: desde significados abstractos hacia referentes concretos y visibles. Paracas En: Perú: el legado de la historia (Luis Millones y José Villa Rodríguez, eds. caral Estos quedaron y lo demás se quebró porque no quizo rresponder a la pregunta» (Ibid. Anthropológica, 7: 235-262; Lima. Un kipu pueblerino. V; Villagómez, 1919: 158-159, cap. En otras palabras, el Inca, en cuanto hijo del dios Sol y por tanto ser sagrado, diferente y superior respecto a todos los humanos, no podía de ningún modo aceptar observaciones o, peor, cuestionamientos a su obrar de parte de los hombres, ya que esto hubiese representado una intolerable disminución de su status, de su autoridad y su poderío absoluto, pero sí podía interrogar a los dioses —sus pares— y recibir de ellos respaldo, predicciones e indicaciones. Las respuestas oraculares, volviendo impersonales, «objetivizando» y «sacralizando» los planteamientos, las disposiciones y los intereses de personas y grupos particulares, transformaban la sencilla expresión de la voluntad de un individuo (Inca, curaca o sacerdote que fuera) o de una gens (panaca, «parcialidad real inca», o ayllu que fuese) hegemónica en una verdad absoluta, lo que no cabe duda, hacía que fuera más facilmente aceptada y respetada por la gente de par rango y, a mayor razón, por los grupos secundarios y subalternos. Según estas narraciones, de claro carácter normativo y formativo para la entera sociedad, la pareja de héroes culturales, Manco Capac y Mama Huaco, fundadores de la ciudad del Cuzco y de la dinastía de sus reyes, así como de la civilización inca en general, habría adquirido su autoridad, su poder y derecho al mando de una comunicación oral, fluida, directa y privilegiada con seres sagrados. Los incas practicaron una medicina tradicional basada en plantas medicinales y rituales relacionados con la espiritualidad y la energía. De Felipe Guaman Poma de Ayala, El primer nueva corónica y buen gobierno (1615). XXIX). Figura 1 – El Inca Tupa Yupanqui «hablando» con las huacas. Informe de la expedición peruana William Pepper de 1896, 402 p.; Lima: Universidad Nacional de San Marcos – Corporación Financiera de Desarrollo. ), 238p. Con la misma finalidad, dos generaciones más tarde, Huayna Capac a la muerte de su padre, el Inca Tupa Yupanqui, fue a interrogar al oráculo del Coricancha. Véase también Idem, 1985: 136-137; Taylor, 1987: 335, cap. ): 310-311; Roma: Istituto della Enciclopedia Italiana. El antiguo orden socio-político andino que había posibilitado, necesitado y sustentado la existencia de grandiosos santuarios oraculares, como los de Titicaca y de Pachacamac, era irremediablemente venido a menos. Andean Past, 5: 89-108; Ithaca. Los Chamanes Incas. De hecho, los «pecados» que las personas debían confesar eran, en última instancia, todas faltas, reales o tan solo simbólicas, hacia el Estado: el no haber rendido el debido culto al Inti, el padre celeste del Inca; el no haber celebrado o respetado las fiestas oficiales del calendario litúrgico inca; el no haber observado toda otra obligación ritual y ceremonial impuesta por los señores del Cuzco; el no haber sido leales hacia la persona del soberano o, de todas maneras, no haberlo servido con la eficiencia y el esmero requeridos. Chachapoyas XXXVI; cf. Hace unos días, una nena de 5 años murió. An Investigation of the Inca Shrine of Ancocagua. Andes. If you continue to use this site we will assume that you are happy with it. Tomo III: Religión, magia, mito y juego, 860p. KARSTEN, Rafael, 1979 – La civilisation de l´ Empire inca. A la gran masa de los peregrinos que llegaban a la isla de Titicaca no era permitido acercarse a la roca sagrada Titicala. En: Advances in Titicaca Basin Archaeology, (Charles Stanish, Amanda B. Cohen y Mark S. Aldenderfer, eds. ZUIDEMA, Tom R., 1989 – Reyes y guerreros: ensayos de cultura andina (Manuel Burga, ed. XVIII). ), I: 303-336; New York: Kluwer Academic – Plenum Publishers. Se remonta al segundo Dalái Lama. Manuscrito inédito. Como ha bien señalado Jean Pierre Vernant (1974: 6 y 7), fueron antropólogos ingleses como Edward Evans-Pritchard (1937), George Park (1963), Victor Turner (1968) y Max Gluckman (1972) quienes mostraron como en determinadas sociedades tradicionales la adivinación represente «un órgano oficial de legitimación», en grado de proponer, en el caso de elecciones cargadas de consecuencias para el equilibrio de los grupos, decisiones socialmente «objetivas», es decir, independientes de los deseos de las partes en causa y sostenidas por un consenso general del cuerpo social, que coloca este género de respuestas encima de las contestaciones. Es posible —como hipotizan Bauer y Stanish (2003: 263-270)— que cada uno de estos portales representara el límite que podían alcanzar en la romería los peregrinos según su rango, a saber, según fueran gente común, representantes de las elites provincianas o miembros de la aristocracia inca. Actualmente, los Oráculos se ven como una herramienta para el autodescubrimiento y el conocimiento personal. 1952). XIII, cap. 22). Durante el Tahuantinsuyo, los nobles recompensados vinieron a representar una nobleza: A) De sangre. Por lo demás, el mismo gran centro ceremonial de Pachacamac, el oráculo de los oráculos, mencionado en todas las principales crónicas y el primer sitio en absoluto de todas las Américas al cual se haya dedicado una monografía arqueológica (Uhle, 1903, 2003) —una obra que, en el juicio de Gordon Willey y Jeremy Sabloff (1993: 79), «queda como uno de los monumentos de la arqueología americana»—, no ha sido objeto de investigaciones y análisis de carácter histórico-antropológico hasta hace poco más de veinte años. Cuando estaban en las tierras bajas, adoraban a Pachacamac diciendo: ‹Es éste quien nos ha animado a nosotros los ingas›. Al mismo tiempo, se han ido multiplicando las investigaciones arqueológicas y etnohistóricas sobre otros grandes oráculos, como Catequil (Topic, 1992, 1998, 2004; Topic, Lange Topic y Melly, 2002; véase también Gareis, 1992: 120-127), Titicaca (Deaborn, Seddon y Bauer, 1998; Seddon, 1998 y 2005; Bauer y Stanish, 2003; Stanish, 2003; véase también Ponce Sanginés et al., 1992) y Coropuna (Reinhard, 1999; Ziółkowski, 2004 y 2005; Ziółkowski y Sobczyk, 2005). O deus criador, com características de deus cultural, é Viracocha, qualificado como velho homem dos céus, senhor e mestre do mundo. Ni podía ser de modo diferente. XX) refiere que los Incas habían construido a lo largo del camino, en la península de Copacabana, una serie de grandes galpones (tampus) llamados corpahuasi —verdaderas «casas de los peregrinos»—, así como numerosos depósitos (colcas) que mantenían llenos de productos alimenticios y mantas para poder ofrecer alojamiento, comida y abrigo a la multitud de personas que llegaba de continuo en romería. Qué son los oráculos y cómo se leen. SALOMON, Frank, 2001 – Para repensar el grafismo andino. Hi everyone welcome to Sabina Oráculos y Armonía In these videos I want to tell you the story of the Oracles from both a historical and personal perspective of each Oracle. Su color es el oro, como el medio de intercambio que se extrae de la tierra. "Para entender a sociedade andina antiga, precisamos tirar da nossa mente nossos pré-conceitos e maneiras de pensar atuais" O extirpador de idolatrias Francisco de Ávila (século XVI, Peru) morou com a sociedade incaica viva, e deixou várias histórias fantásticas sobre os feitiços de oráculos e de como os governantes do império Inca negociavam com os deuses. XXIX). Especialistas de notación y registro mediante cordeles anudados (, «Hermano divino». Éste se le habría manifestado en Urcos, un pueblo a la orilla del Vilcanota donde había un gran santuario dedicado a él, anunciándole «grandes buenas venturas a él y a sus descendientes». chan chan La relación de dependencia de los sacerdotes de los oráculos bajo el control inca del Huillac Umu y, a través de él, del aparato estatal, es entonces en términos generales evidente. 61; Arriaga, 1999: 42 y 57-58, capp. Y los grandes oráculos incas siguieron activos —si no necesariamente en los hechos, por lo menos en el imaginario colectivo andino— también luego de la caída del Tahuantinsuyu y la destrucción de sus santuarios por obra de los españoles. El Pishtaco es otra de las criaturas de la mitología inca, en rigor de verdad, más relacionada con Perú. Y sobre todo, los Incas compartían con las poblaciones del altiplano la creencia que allí había aparecido por primera vez el Sol, brotado de una cavidad a la base de una peña de arenisca rojiza, llamada Titicala, «Piedra del Felino» (Bauer y Stanish, 2003: 28; Bertonio, 1984: II parte, 32 y 353; cf. En sus largas y difíciles jornadas en los confines septentrionales del Imperio, Huayna Capac se llevó una imagen de Huanacauri, la cual volvió al Cuzco junto al cuerpo momificado de este mismo Inca, muerto de viruela en Quito hacia 1527-1528 (Cobo, 1964, II: 181, lib. El oráculo del Inticancha lo había legitimado como Sapa Inca. ¿Es posible que permitáis que los hombres que han sido animados y hechos por vosostros sean aniquilados en la guerra? Años de andanzas y de guerras (1515-1572), 202 p.; Madrid: Espasa-Calpe. Esa roca sagrada, considerada morada del dios Sol, estaba cubierta con cortinas de tela finísima (cumbi) y la concavidad de donde se pensaba había salido el astro rey estaba totalmente enchapada con planchas de oro y plata (Ramos Gavilán, 1988: 90-91, cap. POLO DE ONDEGARDO, 1999 [1559] – Los ritos de los indios. Los peregrinos que llegaban al santuario de Titicaca eran literalmente cobijados por el Estado que se hacía cargo de todas sus necesidades y hasta se preocupaba que fueran recibidos y atendidos por gente de su misma tierra, engendrando así en ellos un sentimiento de gratitud, empatía y confianza hacia el gobierno del Cuzco. En: Crónicas del Perú (Juan Pérez Tudela Bueno, ed. Entonces, los mismos sacerdotes, o mejor dicho, el mismo cuerpo sacerdotal que se encargaba de recibir las confesiones de los andinos sobre asuntos que en última instancia —como se ha visto— concernían la seguridad del Estado (nivel de aceptación que gozaba el gobierno cuzqueño en las provincias, posibles rebeliones étnicas, conspiraciones contra la persona del Inca, etc. Inmediatamente Pachacamac, el dios de los temblores, se manifestó para excusarse de no poder intervenir, alegando que su poder telúrico de destruccíón era tan grande que, si lo hubiese desatado, arriesgaba acabar no sólo con el enemigo, sino también con los presentes y con el mundo entero. Biblioteca de Autores Españoles LXXXXI; Madrid: Atlas. XXX) mencionan que los Incas veneraban en la isla de Titicaca a la, En los documentos de extirpación de idolatrías del siglo XVII se encuentran numerosas descripciones de cómo las. Para muchos señores étnicos debía representar un terrible dilema el decidir a quién apoyar entre los contendientes. DUVIOLS, Pierre, 1977 – Los nombres quechua de Viracocha, supuesto Dios Creador de los evangelizadores. Añadir a lista. XVII )— también el cuarto Inca de la dinastía, Mayta Capac, tuvo ocasión de platicar con «el pajaro Indi», recibiendo una serie de predicciones y consejos que lo volvieron de violento e impulsivo, cual había sido por toda su juventud, en un gobernante «muy sabio y avisado en lo que había de hacer y de lo que había de suceder». Además, la palabra de los dioses brindaba la posibilidad de adecuar continua y rápidamente las reglas de conducta tradicionales a las diferentes coyunturas que se iban presentando. Los ayunos unidos a abundantes libaciones de aha y al consumo de coca y posiblemente otras sustancias estimulantes, así como los cantos y las letanías repetidos en forma monótona y obsesiva y las danzas frenéticas y prolongadas, debían engendrar en los sacerdotes estados alterados de la conciencia. . Lima. orig. En efecto, no hay que olvidar que las predicciones oraculares, sobre todo en campo político y militar, de hecho se basaban antes que nada en un conocimiento cabal de la situación geopolítica general y de las efectivas relaciones de fuerza existentes entre las partes en conflicto; conocimiento alcanzado —como se ha visto— mediante las informaciones que, a través de las confesiones y posiblemente otros canales más informales, brindaban los miles de peregrinos que afluían constantemente a los santuarios desde los más alejados rincones de los Andes. ): 183-330. En efecto, no es difícil imaginar la incertidumbre y el desconcierto de las elites locales durante la violenta guerra entre Huascar y Atahualpa y, peor aún, durante los primeros caóticos tiempos de la invasión europea, cuando las relaciones entre los mismos miembros de la aristocracia inca, y entre estos últimos y los españoles estuvieron marcadas por el faccionalismo, la conflictualidad, la ambigüedad y el oportunismo. Según el relato del cronista Pedro de Cieza de León (1553), cada año el Inca convocaba al Cuzco a las principales huacas de todos los pueblos del Imperio. I, cap. POZORSKI, Thomas y POZORSKI, Sheila, 1996 – Ventilated Hearth Structures in the Casma Valley, Peru. XCIII, y 1985: 83-84, cap. A pesar de lo dicho por Guaman Poma, al parecer también Tupa Yupanqui tuvo sus momentos dificiles en su relación con las huacas, por lo menos estando a uno de las narraciones míticas del así llamado Manuscrito Quechua de Huarochirí, redactado a inicios del siglo XVII por algún informante andino del padre Francisco de Ávila. Y, ¿cómo explicar tanto ensañamiento contra el santuario de Catequil? Fue solo luego de esta investidura divina que Pachacuti recibió de parte del sumo sacerdote del Sol la mascaypacha —la borla signo de la dignidad imperial inca— y asumió oficialmente el poder, siendo universalmente reconocido como nuevo soberano. Huanchaco Llámenos: + (34)913.6408.47 ( Whatsapp (+34) 644 70 80 61) Envío gratis a partir de 75 € de compra. ORÁCULOS EN EL PALO CONGO MAYOMBE: Mpaka; Cocos; Caracoles y Huesos - Ebook written by Ralph Alpizar. En primer lugar, los andinos pensaban que una huaca (que se identificaba consubstancialmente con su ídolo, de piedra, madera o cualquier otro material que fuese), aun abatida y despedazada, podía mantener su poder y recobrar plena vigencia a través de cualquiera de sus fragmentos o hasta de sus cenizas. ITIER, César, 2003 – Textos quechuas de los procesos de Cajatambo. autor de la Relación de las costumbres antiguas de los naturales del Perú (c. 1590)—, prácticamente comían solo productos vegetales. EECKHOUT, Peter, 2004 – Relatos míticos y prácticas rituales en Pachacamac. Así los ritos oraculares Inca, y en particular el de la Capacocha, representaron antes que nada grandiosas performances que prefiguraban y «preformaban» la acción social y política de los grupos, asegurando cohesión y coherencia interna al más grande Estado segmentario y sin códigos escritos de la historia humana, cual fue el Tahuantinsuyu. Por su parte, los jesuitas José de Arriaga, Franco Conde y Luis de Teruel detectaron en el pueblo de Huacho, en 1617, una modalidad más compleja de consulta oracular, basada en la posesión y la glosolalia. Habiendo consultado sobre ello a los sacerdotes, quiso él mismo hacer el ayuno, y para este efecto salió del Cuzco y se fue a Huana Cauri a ello, y allí estuvo algunos días, entendiendo con sus privados y queridos en aplacar al hacedor, sacrificando mil géneros y diferencias de animales, según sus ritos y ceremonias, a las huacas del Cuzco. La presión sobre los visitantes para que confesaran sus pecados era muy fuerte. Pocos años más tarde, al inicio de la rebelión de Manco Inca, cuando éste parecía triunfar, los Huancas se habían puesto momentáneamente de su parte para pronto, en 1537, cambiar de bando y colaborar con el capitán Alonso de Alvarado en la represión de la revuelta (Hemming, 1976: 211 y 227-229). BAUER, Brian S., 1991 – Pacariqtambo and the mythical origins of the Inca. Arqueología PUCP, 13: 37-51; Lima. Finalmente, no satisfecho aún, hizo allanar el santuario y quemar el cerro entero, operación que mantuvo ocupados a sus hombres por diversas semanas (Betanzos, 2004: 287-291, cap. V; Agustinos, 1992: 36, f. 13v; Santillán, 1968: 113, n. 31; Molina, 1989: 65-66; Álvarez, 1998: 100-102, nn. XXII). A menudo estos, antes de responder, procedían a inmolar a un buen número de animales, para inducir a la divinidad a manifestarse. En este contexto, los oráculos —sobre todo los grandes oráculos meta de peregrinaciones panandinas— con su inmenso prestigio, su poder y su capacidad de prever el desenlace de los acontecimientos, debían jugar un papel fundamental para los fines de la toma de decisiones. Los dioses del antiguo Perú, II: 223-245; Lima: Banco de Crédito del Perú. ), 352p. AGUSTINOS, 1992 [c. 1560] – Relación de la religión y ritos del Perú hecha por los Padres Agustinos (Lucila Castro de Trelles, ed. EECKHOUT, Peter, 2005 – Imperial Strategies in a Regional Context. Sol en el Coricancha, con la finalidad de legitimar sus decisiones, está confirmado en forma muy puntual por un testimonio de excepción: el de Tupa Amaru, el último soberano del así llamado Estado Neo-Inca de Vilcabamba, quien por disposición del virrey Francisco de Toledo fue decapitado en la plaza principal del Cuzco el 23 de setiembre de 1572. Memorias del 46° Congreso Internacional de Americanistas. Aprender inglés. XIII; Cobo, 1964, II: 189-194, lib. Y Huanacauri era la huaca más antigua de los señores del Cuzco, que las veneraban. SÍGUEME Y CONTACTA CONMIGO Twitch: https://www.twitch.tv/khylentiger Twitter: https://twitter.com/KhylenTiger Instagram: https://instagram.com/kh. Pero, ¿qué pasaba durante las guerras dinásticas, que a menudo se desataban a la muerte de un Inca? Ocultar pecados en confesión era considerada una culpa gravísima, acarreadora de los más terribles castigos divinos, y los penitentes se estaban acercando a la morada del Sol, el más poderoso de todos los dioses; una divinidad además omnisciente, que ellos visitaban y consultaban (con toda probabilidad en el complejo arquitectónico conocido como La Chincana o Laberinto, a unos 200 m de la Titicala) precisamente por este poder que tenía de conocimiento de todas las cosas pasadas, presentes y futuras. Boletín de Lima, 38: 40-54; Lima. En su sugerente ensayo Oracles, divine kingship, and political representation in the Inka State (1996) —quizás el primero en absoluto en el cual se haya abordado en forma específica y directa el estudio del fenómeno oracular, en los Andes, como institución social— Gose coincide plenamente con Sabine MacCormack en reconocer que los oráculos desempeñaron entre los Incas un papel medular en la dinámica del sistema político, sin embargo se distancia de ella al plantear que estos servían fundamentalmente a dar voz, expresión y representación política a los grupos subalternos, en un régimen de poder centrado en la figura de un rey divino, tal cual fue el Sapa Inca por lo menos a partir del gobierno de Tupa Yupanqui (ca. Y lo mismo puede decirse de las medidas draconianas adoptadas por Manco contra el oráculo de Huarivilca. En: Cristóbal de Molina y Cristóbal de Albornoz, Fábulas y mitos de los Incas (Henrique Urbano y Pierre Duviols, eds. Search 207,218,078 papers from all fields of science. UHLE, Max, 1903 – Pachacamac. En primer lugar, los oráculos tuvieron que desempeñar muchas de las funciones de la escritura, instrumento príncipe para el establecimiento de esas normas fijas y universales tan necesarias para la organización, el funcionamiento, el control y el mantenimiento de cualquier formación sociopolítica compleja de ciertas dimensiones. Frente a las rémoras de su padre, el pávido Inca Viracocha, que se resistía a abdicar en su favor, Pachacuti, al momento de hacer su ingreso triunfal en la capital, dispuso que se hiciesen grandes sacrificios a la imagen del Sol adorada en el Inticacha (el templo que de allí a poco él mismo volvería a edificar mucho más grande y suntuoso, rebautizándolo con el nombre de Coricancha), y se le preguntase quién debía ser el nuevo Inca. Se entiende entonces por qué Huascar, en el momento más álgido de la guerra para la sucesión, antes de hacer un llamamiento a los señores étnicos del sur andino para que movilizaran a su gente, anduvo a la desesperada y afanosa búsqueda de oráculos que le fueran favorables. SHIMADA, Izumi, 1991 – Pachacamac Archaeology: Retrospect and Prospect. En: Arqueología, antropología e historia de los Andes. Licenciado en Comunicación Social, Doctorado en Historia y Postdoctorado en Antropología; especializado en las culturas Afroamericanas de orígenes Bakongo, y mas específicamente en la tradición religiosa Afrocubana del Palo Monte Mayombe, sobre las que ha realizado varias publicaciones en diferentes países y dirigido/producido . Boletín de Lima: Revista científica y cultural, 24: 10-29. Indígena Chazutino nacido en 1910, es oriundo del pueblo de Llucanayacu en las orillas del río Huallaga. XIII, cap. Número temático del Bulletin de l’Institut Français d’Études Andines, 33 (3); Lima. We use cookies. UN AMOR BEDUINO: ENTRE VIAJES, CURANDERAS Y ORÁCULOS (Spanish Edition) - Kindle edition by GALIMBERTI OLIVEIRA, MARIA CECILIA . CV), que en la edificación de su capital tomaran como modelo el gran centro altiplánico19. A Hernando Pizarro (1968: 127), el primer conquistador que puso pies en este centro religioso (1533), le fue dicho que los peregrinos antes de ingresar al primer patio debían ayunar veinte días, y un año entero para poder ser admitidos al más alto, donde se encontraba el aposento del dios, el sancta sactorum al cual tenían acceso exclusivamente los sacerdotes. Sin embargo, en esa ocasión los sacrificios y las consultas tuvieron que ser repetidos hasta cuatro veces, antes que el dios Sol decidiera manifestarse y hacer el nombre de Huayna Capac, como del que entre los varios hijos del finado Inca estaba destinado a ser el nuevo emperador (Guaman Poma, 1980, vol. I, cap. A pesar de la trascendental relevancia y difusión del fenómeno oracular en el mundo andino antiguo, éste, extrañamente, no ha llamado la atención de los investigadores hasta años relativamente recientes. El eficiente sistema administrativo de los Incas ya no existía y toda la inmensa infraestructura estatal por ellos creada —los centros provinciales, la red de caminos, las estaciones de paso (tampu)— se estaba cayendo a pedazos; así como los mayores templos autóctonos, sistemáticamente saqueados y quemados por conquistadores y misioneros, mientras sus antiguos sacerdotes estaban dispersos, perseguidos o muertos. SILLAR, Bill y DEAN, Emily, 2002 – Identidad étnica bajo el dominio inka: una evaluación arqueológica y etnohistórica de las repercusiones del Estado inka en el grupo étnico Canas. V, cap. A Postprocessual Prehistory of Central Andean Social Organization, 371 p.; Austin: University of Texas Press. PACHACUTI YAMQUI SALCAMAYGUA, Joan de Santa Cruz, 1993 [c. 1613] – Relacion de antiguedades deste reyno del Piru (Pierre Duviols y César Itier, eds. Los oráculos —a saber, santuarios controlados por sacerdotes allí residentes, a través de los cuales las divinidades del lugar daban respuestas a quienes las consultaban— representaron una de las instituciones más importantes del mundo andino antiguo. DUVIOLS, Pierre, 1997b – El Inca, rey solar responsable y garante de la fertilidad, de la armonía cósmica, social y política. En: Proyecto arqueológico Condesuyos. Catequil, cuyo santuario se encontraba en la cumbre de un cerro, en la región de Huamachuco, en la sierra norte del Perú, era un oráculo de importancia panandina, venerado y «temido» desde Quito hasta Cuzco. Arqueología y Sociedad, 4: 13-25. XXVII; Garcilaso, 1991, I: 193, lib. Se cayó con la bicicleta y sufrió algunos golpes, por lo que fue llevada a un curandero. GUIBOVICH PÉREZ, Pedro, 1991 – Cristóbal de Albornoz y el Taki Onqoy. En realidad, los dos Incas no tenían otra posibilidad que hacer lo que hicieron; y esto, por dos motivos bien precisos. En uno de los mitos de Huarochirí se dice en efecto que Catequil, «poseía la facultad de hacer hablar, sin esfuerzo, a cualquier huaca que no supiera hablar». ASSADOURIAN, Carlos Sempat, 1994 – Transiciones hacia el sistema colonial andino, 304 p.; Lima: El Colegio de México – Instituto de Estudios Peruanos. En: El culto estatal en el Imperio inca. Skip to search form Skip to main content Skip to account menu. ): 225-274; Lima: Universidad de Lima – Museo de la Nación. Y oída esta respuesta, consultó a sus adivinos y hechiceros, a quien ellos llamaban umu, los cuales por agradarle, le dieron esperanza de venturoso fin». Los orígenes de la civilización andina y la formación del Estado prístino en el antiguo Perú, 342 p.; Lima: Instituto Nacional de Cultura. También fuera de Grecia, Apolo tuvo templos y oráculos, . Así se aseguraban confesiones fidedignas respecto al grado de adhesión de los individuos y sus respectivos pueblos al Imperio. XIII, cap. Y todo lo que hasta aquí os hemos dicho yo y los Ingas mis antepasados, que adorásedes al sol, Punchau, y á las guacas, ídolos, piedras, rios, montes y vilcas, es todo falsedad y mentira. CURATOLA PETROCCHI, Marco, 2002a – El pasado andino como profesión y como vocación: la (etno)historia de Franklin Pease G. Y. III, cap. ¿Para qué pues os sirvo y embellezco, enviándoos todos los años mi oro y mi plata, mis comidas, mi bebida, mis llamas y todo lo demás que posea? De hecho, no se puede descartar a priori que la ceremonia de la Capacocha tuviese, entre otras, también la función conjeturada por Gose, pero en realidad los Incas, para tantear el pulso de las poblaciones y conocer sus verdaderos sentimientos hacia el Tahuantinsuyu, disponían de otro medio muy eficiente, siempre relacionado a las consultas oraculares: el de las confesiones. Historia y genealogía de los Reyes Incas del Perú (Juan Ossio, ed. En cambio, las huacas que habían dado respuestas resultadas inexactas o, peor, equivocadas eran abiertamente estigmatizadas y sus templos no recibían dádiva o dotación alguna (Cieza, 1985: 89, cap. VALCÁRCEL, Luis E., 1964 – Historia del Perú antiguo. ): 226; Roma: Istituto della Enciclopedia Italiana. ZUIDEMA, Tom R., 1974-1976 – La imagen del Sol y la Huaca de Susurpuquio en el sistema astronómico de los Incas en el Cuzco. GARCILASO DE LA VEGA, Inca, 1991 [1609] – Comentarios reales de los Incas (Carlos Araníbar, ed. Pronunciación. II, y 63, parte I, cap. En el relato de Joan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui, Manco Capac, estando en la cima del cerro Huanacauri, justo antes de bajar al valle del Cuzco, vio formarse milagrosamente sobre su cabeza dos grandes arcos iris, que interpretó como un signo claro del favor de los dioses y de la futura grandeza y prosperidad de su pueblo. Las fuentes históricas nos pintan concordemente a Atahualpa como a un militar curtido, resuelto hasta la crueldad, pero lucidísimo, que en todo momento sabía bien lo que hacía (véase, por ejemplo, Xerez, 1985: 123). ; México: Siglo Veintiuno. Pero, si Atahualpa y Manco Inca querían simplemente dar una lección ejemplar y definitiva a las etnias, a ellos hostiles, ¿no hubiese sido quizás mejor dejar bien a la vista, como admonición, los restos destrozados de las imágenes de sus divinidades? Y ací le mandó matar y quebrar a todos los ýdolos. PARK, George K., 1963 – Divination and its Social Context. tarot de colección barajas y oraculos. El Inca se apoderó del conspicuo tesoro del oráculo, mandó matar a todos los sacerdotes y a los numerosos yanas al servicio del santuario y dispuso que el ídolo del dios fuera arrastrado, por medio de una soga amarrada al pescuezo, «por cerros e piedras y ciénagas y lodos, beynte leguas de camino» a lo largo del territorio huanca y , finalmente, echado en las aguas de un gran río (Titu Cusi, 1992: 55-57). Definitivamente, una formidable e invencible coalición de huacas que habría de aplastar al Dios de los cristianos y liberar de una vez por todas a los andinos de la dominación española. 80-81, y 99, n. 121)— habría alcanzado en el Cuzco de los orígenes un poderío todavía mayor que el del mismo Manco, gracias a la potestad que tenía de hacer hablar, durante ritos esotéricos, a las piedras, las peñas, las lagunas y las imágenes de las huacas, con las cuales conversaba «como si fueran personas». III. Sea como fuere, por inspiración divina directa (adivinación intuitiva) o por intermedio del fuego (inductiva), las consultas oraculares tenían un carácter reservado. Posteriormente, de los oráculos andinos se ha ocupado también el que escribe en el ensayo «Adivinación, oráculos y civilización andina» (Curatola, 2001), en el cual se ha intentado explicar el extraordinario desarrollo del fenómeno oracular en el Perú antiguo, poniéndolo en estrecha y directa relación con otros aspectos fundamentales de la civilización andina. 1471-1493)[4]. 13 Véase también Cabello Valboa, 1951: 454-455, parte III, cap. Y este hecho, es decir, que cada pronóstico fuera de un modo u otro influenciado por el conjunto de las profecías formuladas con anterioridad, debía llevar a un cierto alineamiento de las expectativas, proyecciones, previsiones y posiciones de los señores étnicos, con referencia a los asuntos de carácter estatal y de interés general. En: Antigüedades del Perú (Henrique Urbano y Ana Sánchez, eds. De hecho, los poderes curativos de los cristales han perdurado en numerosas leyendas de diferentes continentes y . Tanto para los incas como para el actual hombre andino; las ofrendas tienen un sentido de reconciliación con las fuerzas espirituales con el fin . 1967). Al oráculo de Titicaca no se le podía mentir. Visto que en todas hallaba mala respuesta, dada por los demonios que en ellas hablaban, y que no eran conforme a su intento y propósito, no sabiendo qué hacerse acordó de nuevo hacer Junta General de hechiceros, y envió de nuevo a consultar las demás huacas que hablaban, y a preguntar qué haría en tanta adversidad y miseria como le cercaba, y en ninguna halló remedio ni respuesta que les satisficiese a su deseo. Como otros pueblos antiguos, los israelitas consultaban (hebr. Existen diferentes tipos de oráculos: los predictivos, los oraculares, los censales y los espejo. I, cap. De este modo, Llocllayhuancupa fue reconocido como numen tutelar de la comunidad, que le erigió un santuario (Taylor, 1987: 292-297, cap. ; Lima. La «revelación» de quién iba a triunfar debía hacer que, casi automáticamente, muchas etnias se pusieran de lado de éste, influyendo así en forma directa sobre el curso de la guerra. Y las «tablas historiadas» eran tablones de madera sobre los cuales estaban pintadas escenas de la historia mítica y dinástica inca. Sin embargo, los testimonios documentales son tales y tantos (véase nota 9)que no queda la menor duda que los andinos —como, por lo demás, muchos otros pueblos nativos de América, Oceanía, África y Asia (véase Pettazzoni, 1929 y 1937)— desde los tiempos prehispánicos tuvieron formas propias y específicas de confesión de los pecados. BALLESTEROS-GAIBROIS, Manuel, 1981 – Investigación en torno al templo de Viracocha (Racchi) en el Perú. La céramica hallada por los arqueólogos en el área del santuario indica que la importancia del oráculo trascendía ampliamente el ámbito local y confirma que en el Horizonte Tardío, éste mantuvo estrechos vínculos con los Incas (Shea, 1969: 82). Si me negáis [vuestra ayuda], ahora mismo arderéis!». MURRA, John V., 1962 – La función del tejido en varios contextos sociales en el Estado inca. MAUSS, Marcel, 1923-1924 – Essai sur le don. arequipa I; Cobo, 1964, II: 62-62, lib. Para diferentes hipótesis sobre la naturaleza y la función de los, La hipótesis planteada por Tom Zuidema (1974-1976: 228) y desarrollada por Arthur Demarest (1981), que Viracocha personificara al Sol maduro de diciembre, parece en efecto justificada. En: Actas y Trabajos del II Congreso Nacional de Historia del Perú. Lima: Editorial Los Pinos. XVIII); y del padre Cobo sabemos que la más solemne forma de adivinación, a la cual los señores del Cuzco recurrían para importantes asuntos de Estado, era precisamente la que se realizaba a través del fuego de braseros. Siguiendo nuestra propuesta de . De todas maneras, no cabe duda que un oráculo podía ser destruido como acto de escarmiento hacia una etnia hostil. EECKHOUT, Peter, 1999 – Pachacamac durant l’Intermédiaire Récent. XIII, cap. «Y el oráculo del demonio que allí tenían —relata Sarmiento (2001: 92, cap. orig. En: Pachacamac. La represión y el resurgimento religioso en el Perú colonial, 381 p.; Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú. En efecto, estos llevaron a cabo en su santuario —exactamente como habían hecho unos pocos años antes con el de Titicaca— un ambicioso plan de construcciones, volcado a incaicizarlo: edificaron un suntuoso templo del Sol, llamado Punchau Cancha; un acllahuasi o «casa de las mujeres elegidas»; una enorme plaza con ushnu (plataforma ceremonial), modernamente denominada Plaza de los Peregrinos, donde la masa de los devotos se congregaba y asistía a las ceremonias; el complejo residencialadministrativo de Tauri Chumpi, en el cual debió instalarse el gobernador inca y su séquito; una gran muralla y varias otras estructuras monumentales. Los dioses del antiguo Perú, II: 159-181; Lima, Banco de Crédito del Perú. Andes. ASTUHUAMÁN GONZÁLES, César W., 1999a – El santuario de Pariacaca. Pachacamac y las otras huacas del Tahuantinsuyu reunidas en Haucaypata10 —con toda probabilidad celebrando el ritual de la Capacocha (véase también más adelante fig. cusco Background. VIII) en forma indistinta. Éste era una especie de portavoz del dios Sol, que consultaba de continuo para luego transmitir a los hombres sus respuestas y designios (Cieza, 1985: 81, cap. ; Madrid: Ediciones Polifemo. En la misma probanza de servicios el propio Albornoz, así como varios de los testigos por él llamados a declarar, citan explícitamente por nombre solo a las huacas de Titicaca y Tiahuanaco (Millones, 1990: 64, 130, 135, 140, 143). XII, cap. TURNER, Victor W., 1968 – The Drums of Affliction: A Study of Religious Processes among the Ndembu of Zambia, 326 p.; Oxford: Clarendom Press. LEHMANN-NITSCHE, Robert, 1928 – Coricancha. ): 97-149. Boletín de la Misión Arqueológica Andina (Mariusz S. Ziółkowski, Luis Augusto Belan Franco y Maciej Sobczyk, eds. Esto explica el ensañamiento de Atahualpa para borrar el santuario de la faz de la tierra y la tremenda inversión de tiempo y energías consagradas a esta tarea, en apariencia marginal respecto a las grandes operaciones militares de esos turbulentos días. Véase Polo de Ondegardo, 1999: 87-88, cap. En este contexto, las predicciones oraculares terminaban representando un verdadero compromiso por parte de las elites locales a operar en forma orgánica y en sintonía con la política imperial inca. Los Romanos nunca tuvieron oráculos célebres en Italia: los autores hablan únicamente de la Sibila de Cumas, famosa por la colección de predicciones que presentó a Tarquinio Prisco; pero después de la aparición de la Sibila, no se vieron más oráculos en Italia.Los Romanos en circunstancias extraordinarias enviaban sus emisarios a Grecia para consultar el de Delfos; mas como podían . Revista del Museo de Arqueología, 2: 85-103; Trujillo. Preguntas/Incas 1. Ejemplos. Según un testigo presencial del evento, Antonio Bautista de Salazar, tesorero de Toledo, Tupa Amaru habría dicho textualmente: «Apoes, aquí estais de todos los cuatro suyos, sabed que yo soy cristiano, y me han baptizado, y quiero morir en la ley de Dios, y tengo de morir. SHADY, Ruth y LEYVA, Carlos, (eds.) DULANTO BRESCIA, Jalh, 2001 – Dioses de Pachacamac: el ídolo y el templo. Su color es el verde, como el de las plantas. (Javier Flores Espinoza y Rafael Varón Gabai, eds. El olfato y la intuición están tan estrechamente ligados, que en los idiomas el afecto o el rechazo se asocian a este sentido. Si la huaca le contestaba, el Inca la reconocía como «buena»: esto comportaba que se le tributaran de inmediato honores y ofrendas y que, desde ese momento, su culto fuera reconocido oficialmente por el Estado. Gareis, 1987, 1991); ni había más acllas, mamacunas ni yanas dedicados a su servicio. ROWE, John H., 1985 – Probanza de los Incas nietos de conquistadores. Titicaca era uno de los sitios más sagrados y uno de los santuarios dotados de más recursos de todo el Tahuantinsuyu. Estas aparentes (por lo menos en términos comparativos y desde una perspectiva eurocéntrica) «limitaciones» culturales —a saber, sobre todo, una organización sociopolítica de base de nivel aldeano, estructuralmente segmentaria, así como la ausencia de un sistema de notación capaz de registrar con un cierto grado de fidelidad la lengua hablada— fueron, sin embargo, compensadas por toda una serie de instrumentos, mecanismos e instituciones sumamente originales cuanto eficientes, entre los cuales se encuentran sistemas de registro y transmisión de la información como los quipus (khipu), y los tocapus (tokhapu) y las «tablas historiadas», así como la semantización y «textualización» del territorio (a saber la cuidadosa y altamente planificada construcción de un paisaje sagrado denso de significados y memoria), los ceques (siq´i) y los mismos oráculos. Así automáticamente, para salvarse, se habían aliado con los españoles, hecho que —como es consabido— representó uno los factores de la abrupta caída del Tahuantinsuyu (cf. Las evidencias arqueológicas confirman plenamente la importancia que el oráculo de Pachacamac tuvo para los señores del Cuzco. A estos testimonios hay que añadir el hecho —que no creemos sea una mera coincidencia— que el movimiento, en cuanto tal, prácticamente cesó de existir al mismo tiempo que el así llamado Estado neo-inca de Vilcabamba, aniquilado por los españoles en 1572. el Templo Inca del Sol, y la ubicación de los posibles recintos donde podrían darse sus oráculos. Brundage, 1974: 204)— bien expresa cuánto el culto al dios Pachacamac hubiese cundido entre los Incas al afirmar que estos lo habían estado adorando «interiormente por sumo dios» todavía mucho antes de conocer el valle donde moraba: «No le hacían templos ni ofrecían sacrificios —escribe el cronista— por no haberle visto ni conocerle ni saber qué cosa fuese, pero que interiormente en su corazón le acataban y tenían en suma veneración, tanto que no osaban tomar su nombre en la boca sino con grandísima adoración y humildad» (Garcilaso, 1991, I: 393, lib. Aquilino Chujandama - Perú. Y, ¿entonces? XXXVI). BALLESTEROS-GAIBROIS, Manuel, 1979 – Mito, leyenda, tergiversación en torno a Cacha y el «templo» de Racchi. XVII, n. 2; Cambridge (Massachusetts): Harvard University. Sea como fuere, el episodio patentiza la estrecha relación de alianza y apoyo recíproco que debió existir entre el oráculo de Catequil y el Inca Huayna Capac, quien difundió el culto a dicha huaca en Ecuador, donde estableció su cuartel general y pasó los últimos años de su existencia. El poder carismático había reemplazado al saber sagrado de un grupo selecto de especialistas plenamente orgánico respecto al poder político, cuya tarea principal había sido la consolidación y la reproducción del sistema social vigente. Las consultas oraculares debieron representar el primer paso, obligado, de todo proceso de movilización militar Inca. 1999 – El señorío de Pachacamac. III), como los primeros Incas: «Dizen —refiere Guaman Poma (1980, I: 65-66, n. 84)— que ellos binieron de la laguna de Titicaca y de Tiauanaco y que entraron en Tambo Toco y dallí salieron ocho hermanos Yngas». Los temblores —fenómeno tan frecuente en la costa central peruana— eran vistos como una manifestación de su cólera. JIMÉNEZ BORJA, Arturo, 1992 – Las Huacas. (Javier Flores Espinoza y Rafael Varón Gabai, eds. 1957). Lima, 28 dic (EFE).-. Definición. En efecto, poco antes de la batalla decisiva, cuando la suerte de la guerra ya se estaba volviendo a su favor, Atahualpa, de paso por Huamachuco, cuyos señores por lo demás lo recibieron en forma muy hospitalaria, resolvió ir a preguntar a Catequil cuál sería el desenlace del conflicto.

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